jueves, 7 de noviembre de 2013
COMPETITIVIDAD

Competir es un verbo que se asocia con muchos otros, sobre vivir, jugar, sentir placer, obtener poder, reconocer, reconocerse, descargar agresividad, canalizar déficit personales, crecer, etc. Pero, dependerá de la forma positiva o no en que compitamos que la competencia beneficiará nuestra vida. Como la competencia es una actividad integral, todo el sistema personal está en juego. No solo los “músculos” y “órganos“ se benefician, sino que la psicología del hombre que compite también lo percibe, porque la competencia también es superación, valentía, sueño, fantasía.

Se puede competir con uno mismo superando sus propias marcas, o las de otros deportistas, se puede competir individualmente o grupalmente agresiva o naturalmente, súbitamente o progresivamente. Ya sea en un caso o en otro existe en la competencia un innato impulso a la superación.

El reconocimiento en la competencia bien puede ser individual como en el caso del auto reconocimiento o grupal y dependerá entre otros factores de la naturaleza del deporte especifico.

Siempre y cuando la competencia esté conducida por altos valores morales, beneficia no solo al individuo o grupo sino a la institución a la que pertenezca y al Deporte mismo.

Imagen tomada de Psicologia y Deporte. 


El impulso de superación está íntimamente ligado a la sobrevivencia y a las tendencias de dominio que posee el hombre. Este impulso se presenta muy tempranamente en nuestra vida y es posible observarlo con claridad en los juegos infantiles. En estos, el niño repite en forma activa aquello que ha vivenciado previamente en forma pasiva. El juego sirve además como conducta que modela, limita, y recrea la fantasía del niño.
 En estos juegos será posible hallar factores que hacen a la competencia, siendo un claro ejemplo el ejercicio de los roles vinculados a la autoridad, donde el niño aprende a manejarse con códigos en donde existe el líder, el que depende el que se mejora, el que compite. Estos juegos encontramos implícita la satisfacción imaginaria de necesidades vitales, dando sentido a toda la estructura personal tanto la física como la psicosocial. Estas necesidades vitales durarán toda la vida y a “posteriori” pueden ser satisfecha por las profesiones, el deporte y otras actividades canalizantes.

Hormonas que intervienen en la competitividad

La tetosterona: Es una hormona propiamente masculina que son segregadas por los testículos, aunque las mujeres también la tienen pero en cantidades más pequeñas, esta hormona es la que interviene en los cambios que tiene el niño al volverse un adolescente. En el deporte la testosterona nos ayuda al incremento de la masa muscular, la agresividad, aumento de la fuerza y la recuperación plástica post-entrenamiento.

La adrenalina: Esta hormona ayuda a la producción y potenciamiento de la testosterona y la insulina que actúan en las actividades deportivas.

BIBLIOGRAFIA

CAFDER. Hormonas en el rendimiento deportivo.[En linea]. Disponible en http://cafder.blogspot.com/

3 comentarios:

Unknown dijo...

La competitividad involucra el deseo de triunfar, de destacarnos y de mostrar superioridad. En el caso del deporte, la idea de competencia lleva implícita la idea de ganar.

Unknown dijo...

La competencia entre individuos resulta buena para la sociedad, pues es un incentivo para mejorar día con día, sin embargo hay personas que son Muy competitivas y no les gusta perder, tienen miedo al fracaso.

NEUROCIENCIAS Y CONDUCTA dijo...

consultar en base de datos especializada: revistas, artículos, investigaciones.
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